Guerrero Espartano 

La Guerra del Peloponeso fue un conflicto entre Esparta y Atenas que duró casi treinta años, entre los años 431 y 404 a.C. Los dos mayores estados griegos de la época lucharon por el control de Grecia e influencia en el Mediterráneo Oriental. La guerra comenzó como una disputa entre Atenas, una ciudad-estado con una fuerte economía marítima, y Esparta, una ciudad-estado militarista. Los dos primeros años de la guerra fueron relativamente tranquilos, pero la lucha comenzó a intensificarse en los siguientes años. La guerra terminó con la rendición de Atenas a Esparta en el año 404 a.C., después de un largo sitio. El resultado fue un cambio en el equilibrio de poder en Grecia y el comienzo de la Edad de las Guerras Griegas. La guerra también tuvo un profundo impacto en el arte, la cultura y la filosofía griega.

Estrategia

Una de las principales estrategias de Esparta durante la Guerra del Peloponeso fue el bloqueo de Atenas. Esto significaba que los soldados espartanos bloqueaban el puerto de Atenas y evitaban que ingresara suministros y refuerzos. Esto causó que la ciudad-estado se encontrara aislada y al borde de la disolución. Esto también permitió a Esparta recoger impuestos de los puertos de la región, lo que le dio una fuerte ventaja financiera. Atenas también utilizó estrategias como el envío de flotas de barcos de guerra con objetivos de saqueo y destrucción, así como el apoyo a ciudades aliadas. Aunque estas estrategias fueron efectivas en algunos casos, no lograron detener el avance de Esparta.

Educación militar espartana

La formación militar espartana fue una de las más temidas del mundo antiguo. Los espartanos eran famosos por su riguroso entrenamiento militar desde la infancia. Los espartanos se dividían en brigadas de 300 hombres, conocidas como enomotías, que se formaban en líneas rectas cuadradas. Esto les permitía adaptarse a cualquier terreno y hacer frente a cualquier enemigo. Esta formación también les permitía avanzar en línea recta y con una velocidad constante, lo que les daba una ventaja sobre sus enemigos. Esta formación también era efectiva para el combate a distancia, ya que permitía a los espartanos moverse rápidamente para evitar el fuego enemigo.